Al fin, Hamilton.
Llegamos a Hamilton Heights a media mañana.
No os habíamos detenido ni una sola vez y en
raras ocasiones habíamos conseguido entablar conversación alguna.
Así que a esas dos personas les estaba
confiando mi vida. Patético.
Eric condujo entre el trafico hasta el
instituto. Supuse que quería ver cómo iban las cosas con Bulldog o algo por el
estilo, pero cuando llegamos la escuela estaba cerrada.
Aparecía un cartel que indicaba que el gobierno
estaba involucrado en todo eso.
-
¿El Estado sabe de estas cosas?-. pregunté
incrédula.
-
No-. Respondió Eric atónito.
-
¿Entonces?-. volví a insistir sin comprender
nada.
-
Mazon tiene contactos.
Mire a Maggie, buscando algo que explicara
aquello.
-
¿Qué te puedo decir? Vengo de una familia
poderosa-. Lanzó una carcajada seca y se encogió de hombros, pareciendo casi
humana.
Eric intentó abrir las puertas, pero estaban
cerradas, además la gente en la calle pensaría que queríamos robar o algo.
Bajamos las escaleras de la entrada y nos
sentamos en el escalón más bajo, pensando que podíamos hacer.
-
De acuerdo, tenemos que buscar todo indicio que
podamos-. Dijo Eric, aunque sospecho que en realidad estaba pensando en voz
alta-. Hay que regresar a tu departamento y averiguar todo lo que se pueda.
-
Claro, seguro-. Acepté, desesperada por tener
una especie de plan o algo-. Hum, podemos ir a esa dirección que habías
conseguido ¿recuerdas?
-
Por supuesto, pero hay que estar seguros que no
sea una trampa.
Nos quedamos en silencio unos momentos. Se oían
en el suelo los constantes zapateos de los tacones de Maggie.
Una mujer con un niño de unos seis años paso
frente a nosotros y los miré para evitar los ojos de Eric.
Grave error.
El chico comenzó a tirar de la manga de su
madre desesperado, gritando mi nombre.
¿Cómo me conocía?
-
Mami, mami-. Gritaba el nene y una anciana que
caminaba por el mismo lugar también se asustó al verme-. Es ella, la de los
anuncios.
Un hombre, preocupado por la escena que se
estaba montando, se acercó para ver que sucedía e intentó atraparme, sujetando
mi brazo con fuerza.
-
¿Qué demonios…?-. pregunté, sin entender nada-.
Suéltame.
El hombre intentó sujetarme más fuerte,
lastimándome. Era, notablemente, alto y fuerte.
Maggie no entendía nada, simplemente estaba
parada allí, gritando que debíamos subir a la camioneta.
Eric si reacciono, incluso más que yo. Se paró,
sobresaltado, del escalón donde estaba sentado y golpeó con el puño el rostro
del hombre.
-
¡Suéltala!-. gritó y volvió a pegarle, haciendo
que su nariz sangrara.
El hombre lo hizo, pero le devolvió el golpe,
cortándole una mejilla a causa de un anillo en su dedo anular. Seguramente era
patovica en un club nocturno o algo.
Chille al ver la sangre en el rostro de Eric,
me sentía mareada. Maggie tomo las llaves de la camioneta que se habían caído
al suelo y, antes de que todo aquel que llevaba celulares llamara a la policía,
los tres nos escabullimos en la camioneta de Bennett.
Maggie conducía a toda velocidad esquivando
coches, mientras yo intentaba detener la emanación de sangre que caía en la
mejilla de Eric, quien insistía con que todo estaba bien y solo era un corte.
-
¡quédate quieto!-. golpeé su mano cuando
intento quitarse el trozo de tela con el que cubría la herida (una pañoleta de
Maggie; lo sé, la venganza llegaba por si sola).
-
¡oye!-. se quejó ella, pero era nuestra única
opción-. Vas a sufrir ¿lo sabes? Arruinaste mi pañoleta favorita.
No era momento para discutir sobre moda. Eric
se desangraba y un par de personas nos había, literalmente, tratado de aliens.
-
Debemos curar esto, ve al hospital-. Le ordené,
viendo que aquello seguía.
-
¿no comprendes lo que sucede?-. pregunto ella,
yo negué-. Te reconocieron de alguna parte, ¿Cómo nos aseguramos que no sucederá
de nuevo?
-
Algo se nos ocurrirá-. Dije sin prestar
atención a sus palabras-. Vamos, date prisa.
Piso el acelerador hasta que el motor casi se
recalentó, pero no faltaba demasiado.
Mientras limpiaba la sangre de Eric, noté que
era, notablemente más clara que lo normal.
¿Qué tal si alguien también se daba cuenta?
No importaba, había que curarlo.
Llegamos a emergencias y, Maggie y yo nos
cubrimos los rostros tanto como pudimos.
Mi cabello negro a los costados, lentes de sol
de imitación en mis ojos. Maggie me maquillo los labios de rojo y al final,
viéndome en el espejo retrovisor, parecía una anciana con bótox de muy mala
calidad.
Ella también se oculto tanto como pudo, con las
pocas cosas que había llevado en un pequeño bolso de mano.
Éramos fáciles de reconocer pero nadie pensaría
que seriamos tan ridículas como para hacer eso. Estábamos desesperadas.
En emergencias atendieron a Eric. Nosotras nos
quedamos en el pasillo mientras le curaban la herida, la cual no necesito
ningún punto.
Sentía que todo el mundo me miraba, necesitaba
ocultarme más.
Maggie me dijo que estaba siendo demasiado
obvia, que nadie me había reconocido aun. Pero yo seguía sintiéndome insegura.
Camine unos pasos y me puse de espaldas, con la
vista fija en una cartelera de anuncios.
Entonces lo vi. Exactamente en el medio,
rodeado de fotos pequeñas de Eric, Maggie, López, Bennett y Pam. Todos
rodeándome.
Un gran cartel con la foto que usaba en mi
identificación para comprar alcohol (en la cual parecía una persona que estaba
en prisión), con grandes palabras en negro describiéndome como fugitiva acusada
de… ¿asesinato?
Sí, me acusaban de asesina.
-
Hey, Mags-. Susurré a Maggie, intentando
cambiar su nombre sin que se diera cuenta-. Ven aquí.
Ella se aceró y abrí los ojos tanto como yo al
ver eso.
Decían que las fotos pequeñas rodeando mi
cartel eran mis cómplices y que era una persona problemática y peligrosa.
Me acerqué a una cartelera que había un par de
metros adentrándose en el pasillo y descubrí otros dos carteles.
Y, en la boca del corredor, donde se abría paso
a una gran sala de espera, encontré un enorme anuncio de metro por metro con mi
foto y la de los demás.
Dos mujeres hablaban frente a ella de lo
trágico que había sido todo. Entonces pude escucharlas, claro como el agua,
haciendo que mis rodillas temblaran.
-
¿de qué se la acusa exactamente?-. preguntó la
más anciana, acomodándose sus anteojos.
-
Del asesinato de un joven-. Respondió la otra
mujer más joven, helándome la sangre-. Charlie Power.
Que!!!!!!!, no, no, no no puede ser, charlie no puede estar muerto jo :'(
ResponderEliminarEspero es que.siguiente...