Sinopsis

April Austin no lo ha tenido facil.
Su padre se fue, su madre es alcoholica y vive en un barrio con poco futuro. Sin embargo tiene a Charlie Power, su mejor amigos desde siempre, quien la apoya incondicionalmente.
Pero desde que él sale con Maggie Parker, April se ve en necesitad de un nuevo hombro donde poder descansar.
Entonces aparece Eric Taylor, el guapo y misterioso chico del salon de castigos.
Secretos de la desaparicion de su padre y lecciones de amor irán apareciendo en esta historia.
¿Podrá April vencer los temores de su pasado? ¿Podrá descubrir que sucedio la noche de su quinto cumpleaños? ¿Podrá creer nuevamente en el amor?


domingo, 14 de octubre de 2012

Capiulo 40



Atrapada.
El golpe fue seco, pero tan fuerte que no me dio tiempo a recuperarme, pararme establemente y correr. Los hombres armados me atraparon antes que pudiese hacer todo eso.
Me dolía todo el cuerpo y mi brazo no podía estar en peores condiciones. Apenas podía sentirlo.
Me ingresaron nuevamente a la casa y me llevaron hasta un cuarto oscuro, con solo unas pocas luces en las paredes, a la altura de mis hombros. Había muchas pantallas y botones en una pared y una mesa con dos sillas en los extremos.
Me sentaron bruscamente en una y dos de los agentes de seguridad se quedaron en las esquinas del cuarto. Por la puerta principal apareció Mazon y mi visión de él cambio completamente.
No era el hombre fuerte que me había imaginado, no era esa especie de abuelo moderno que mi mente creía que seria.
Su cabello era blanco y apenas notorio con su piel. Tenía manchas de la edad en la frente y manos arrugadas. Era alto y muy delgado y se ayudaba con un bastón de madera, pero no lo usaba realmente, era una especie de “adorno”.  Se sentó frente a mí. Lo miré, ocultando las lágrimas.
-      Fue un gran salto April-. Aparte mis ojos de los suyos, mirarlo con tanto respeto me parecía desagradable por completo.
No respondí. Simplemente mire la mesa fijamente con una expresión seria.
-      Pero, no deberías haberlo hecho-. Volví a mirarlo, él estaba de pie, caminando por la habitación-. Estas débil, ¿Quién salvara a tus amigos ahora?
-      ¿Qué les has hecho?-. pregunté, aunque inmediatamente reparé en que apenas nos habíamos separado unos minutos.
-      Descuida, siguen vivos… si eso es lo que preguntas.
¿Charlie? ¿Charlie estaba vivo? No podía preguntarlo, pero una oleada de un sentimiento desconocido me recorrió todo el cuerpo. Era como un impulso que me hacia olvidar todo lo demás.
-      ¿Dónde están?
-      Gira y veras.
Observe la pared llena de pantallas y busque la que necesitaba.
En una esquina estaban Eric y Maggie, atados a unas sillas. Tenían los ojos cubiertos con lienzos y las bocas tapadas con cinta adhesiva. La habitación era completamente blanca y parecían tener frio.
Deje la mirada posada en esa pantalla unos instantes. Maggie era su mismísima familia y no le importaba. Entonces, ¿Cuál era el destino que tenía preparado para nosotros?
De repente, casi como una señal del universo, una luz titilo por una baja de tensión y llamo mi atención. Mire la pantalla sobre ella y encontré a Charlie.
Estaba en el suelo, inmóvil, con el rostro completamente golpeado y el cabello cubriendo sus ojos. ¿Estaba vivo o lo tenían tirado allí como rata de laboratorio?
-      ¿Lo reconoces April?-. preguntó Mazon y yo desvié la mirada de la pantalla-. Dime una cosa, ¡¿lo reconoces?!
Me negué a responder y su paciencia desapareció por un instante. Tomo mi mandíbula fuertemente, obligándome a girar en la dirección de Charlie.
-      ¡Abre los ojos April, ábrelos!-. gritaba mientras me apretaba las mejillas, pero yo intentaba ser fuerte y los cerraba con toda mi dignidad.
No quería sollozar, pero el momento me desesperaba. Las manos de Mazon eran frías y ásperas, me asustaban mucho.
-      De acuerdo-. Me soltó como si nada-. parece que no es de tu incumbencia-. No hable, no quería que nada les diera un indicio de cuan especial para mí era Charlie-. Mátalo.
La orden que le dio a uno de los de seguridad me hizo abrir los ojos de par en par.
-      ¡no! ¡no lo hagas!-. grité con la voz desgarrada-. No lo hagas.
-      Vaya, vaya-. Se acercó a mí y acaricio mi rostro como si tuviese todo el derecho de hacerlo-. Sabes muy bien, en el fondo de tu miserable y especial ser, lo que tienes que hacer para salvarlos a todos.
-      Nos mataras de todas formas-. Recriminé, demostrándole que podía ser una simple chica pero que no era tan estúpida.
-      De acuerdo April, haremos un trato-. Supe que era lo que él quería-. Tu sangre por sus vidas.
-      Ya, claro… como si te creyera.
-      Soy un hombre de palabra cielo-. Sonrió de forma inocente, era tan parecido a su nieta-. Dime, ¿aceptas?
Dude unos instantes. Quería salvarlos desesperadamente, no había nada en ese mundo que deseara más. Sin embargo, las palabras de André habían sido específicas: no podía dejar mi sangre en sus manos.
Mazon descubrió cuales eran mis dudas y, aprovechando ese momento de distracción, hizo un gesto a sus hombres. Ambos tipos me sostuvieron con fuerza y Mazon sacó una navaja y un pequeñísimo frasco de vidrio del saco de su traje. Con un solo movimiento corto la cinta que tenia sobre mi herida y realizo un corte haciéndola más profunda. Las gotas de sangre emanaron como cascadas y él las capturo con el frasco. Sonrió maliciosamente, orgulloso de su logro y yo entre en pánico.
No tuve otra escapatoria, era presa de mis impulsos y, de cualquier manera moriríamos. Mi único lema en ese momento fue: “no tengo nada que perder”.
Golpeé a los de seguridad y mordí al que me sostenía el hombro. De alguna forma me zafé con un poco de dificultad y no tuve problema alguno de golpear a Mazon para que me dejara el paso libre.
No tenia forma de quitarle el frasco y salir a tiempo antes que el resto de la seguridad arribara a la habitación. Simplemente tuve una sola opción y era largarme de allí con Eric, Maggie y Charlie para destruir la fuente antes que ellos nos destruyeran a nosotros.
Aproveche mis reflejos y mi rapidez al máximo, pero el brazo me dolía y me sentía mas débil que nunca, incluso en peor estado que aquella vez en el cementerio trinidad.
Eche a correr mientras la alarma comenzaba a sonar nuevamente. Las luces rojas volvían a encenderse y los gritos se escuchaban pero nadie estaba en el mismo estrecho corredor que yo. Solo tenía que encontrar una escalera que bajara al sótano.
“¡Al norte!” escuche gritar a alguien, ellos sabían a quien buscaba y ese “quien” estaba en el norte. Pero ¿Cómo podía ubicarme en ese lugar? Entonces recordé el momento del balcón, cuando salté. Recordé el lugar del cual provenía la luz del amanecer y me las ingenie para guiarme hacia donde ir de alguna manera, encontré una escalera que bajaba y supe donde estaba exactamente.
No dude ni un instante y comencé a descender. Luego de un pequeño corredor, me encontré con una pesada puerta de hierro macizo completamente blindada con una pantalla para ingresar una contraseña.
“¡Mierda! No tengo tiempo para esto” pensé y apreté cualquier cosa que pusiese servirme. Intente con Terry, juventud, fuente de la vida, dinero, pero ninguna de ellas era la correcta.  Entonces probé una última vez: April Austin. Correcto. Mi nombre era la contraseña, Mazon había sabido que era yo desde hacía mucho tiempo. Pero, ¿Por qué no me había buscado cuando estaba indefensa? Porque él nos quería a todos, André, Eric, Terry, Maggie… todos.
La puerta hizo un sonido de descompresión y yo me encontré en una especie de laboratorio. Todo era blanco y estaba lleno de tubos de ensayo y líquidos de colores dentro. Hacia muchísimo frio y descubrí que había una especie de refrigeración especial allí dentro.
Me sentía mareada y descompuesta, pero tenía que seguir, al menos hasta salir de allí.
-      ¡Eric!-. grité esperando respuestas, pero nadie respondió. Continúe caminando, esperando encontrar a alguien-. ¡Maggie!.
El lugar era inmenso y había puerta en todos lados. Entonces recordé la imagen de Maggie y Eric en la pantalla de seguridad. No estaban en un laboratorio, estaban en un cuarto de congelado.
Tenía que encontrarlos inmediatamente.
Comencé a abrir todas las puertas del laboratorio. En la tercera pude hallarlos. Les quite las sogas que estaban tan ajustadas que habían dejado marcas en sus muñecas y también les quiete los pañuelos y cintas de la cara. Estaban helados, tiritando como locos. Les habían arrebatado sus abrigos y Maggie tenía moratones en el pómulo derecho y en el ojo izquierdo, y ambos lugares se estaban hinchando.
-      Debemos encontrar a Charlie-. Dije mientras salíamos de allí.
Regresamos al laboratorio y encontramos a Mazon con diez hombres. Y Charlie.

1 comentario:

  1. Noooooooooo, ya quiero que subas el prox porque eres así me dejas con intriga

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