Sinopsis

April Austin no lo ha tenido facil.
Su padre se fue, su madre es alcoholica y vive en un barrio con poco futuro. Sin embargo tiene a Charlie Power, su mejor amigos desde siempre, quien la apoya incondicionalmente.
Pero desde que él sale con Maggie Parker, April se ve en necesitad de un nuevo hombro donde poder descansar.
Entonces aparece Eric Taylor, el guapo y misterioso chico del salon de castigos.
Secretos de la desaparicion de su padre y lecciones de amor irán apareciendo en esta historia.
¿Podrá April vencer los temores de su pasado? ¿Podrá descubrir que sucedio la noche de su quinto cumpleaños? ¿Podrá creer nuevamente en el amor?


viernes, 21 de septiembre de 2012

Capitulo 17



Cambio de planes.
-      ¡no eres nadie!-. gritaba enloquecida-. No vuelvas a tocarlo, ¿me has oído April? ¡no quiero que te acerques!
-      ¿de qué demonios estás hablando?-. pregunté, apenas había entrado en el instituto y Maggie se había abalanzado contra mí.
Algunos alumnos curiosos que pasaban junto a nosotras, nos miraban expectantes. Seguramente se esperaban alguna pelea salvaje entre chicas, digna de fieras de la sabana. Sin embargo, yo no estaba dispuesta a dar semejante espectáculo; no porque no me apeteciera arrancarle unos cuantos mechones de cabello a Maggie, sino porque era la novia de Charlie y él era mi mejor amigo, definitivamente no lo merecía.
-      ¿acaso piensas negarme que lo amas?-. pregunto desafiante.
Era extraño verla tan arreglada y maquillada (la típica chica linda), dispuesta a romperme un brazo o una pierna en cuanto yo le diera la oportunidad, lo cual jamás sucedería.
-      Por supuesto que lo niego, somos amigos desde hace muchísimos años-. Comenzaba a darme vergüenza hablar de esas cosas tan en público, pero ella no parecía desistir. Entonces comencé a preguntarme si todo lo que estaba negando seria cierto.
“Sí, claro-. Pensé-. Claro que es cierto, yo no estoy enamorada de Charlie… no, no y mas no. Pero… ¡no, por supuesto que no!”
-      ¿pero SI pasaron la noche juntos?-. así que eso era lo que Maggie pensaba, que entre nosotros había… bueno, eso-. No puedes negarlo.
-      Tienes razón, no lo niego-. Me paré firme, segura de mis palabras, no podía dejar que una pequeñísima marca de nerviosismo se notara en mí, de otro modo, todo el instituto empezaría a creer que las sospechas de Maggie eran ciertas-. Estuvo en casa, pero nada en absoluto pasó… has tus propias conjeturas.
-      Descuida, ya las he hecho-. Se acercó a mí, con unos pocos pasos terminantes y tan seguros que harían temblar a cualquiera-. Y te dejo claro que no quiero volver a verte cerca de MI novio, no me importa quién eres o cuánto tiempo llevas siendo su amiga.
De acuerdo, eso era todo. Ya no podía tolerarlo más, iba a destruirla, la ira que jamás había descargado con Pam, estaba dispuesta a salir en contra de Maggie. Quería destrozarla, hacer que todo el mundo se diera cuenta quien era en realidad, que notaran que no estaba tan equivocada al creer que ella era una mala persona.
-      Un pequeño detalle cariño-. Dije desafiándola, quería molestarla, que se enfadara tanto como yo lo estaba-. Acaso no te has puesto a pensar ¿por qué Charlie prefirió pasar el tiempo conmigo y no contigo?… tan solo piénsalo.
Pude ver la rabia en sus ojos, yo había logrado mi propósito. Estaba a punto de abrir la boca nuevamente para enfurecerla aun más, cuando ella levanto su mano y golpeo mi mejilla. Eso ya era demasiado.
Hice lo mismo antes que otro golpe me dejara la otra mejilla colorada. Sabía que aquello estaba mal, que en cualquier momento Bulldog o López nos encontrarían. Que me estaba jugando mi tiempo en la secundaria, si me encontraban podrían expulsarme en cualquier momento.
Pero a pesar de todo, no podía detenerme, quería estar allí, haciendo eso. No me importaba nada más que ganar, todo con tal que Maggie fuese la perdedora.
Pero de pronto, ya no sentía el mundo a nuestro alrededor, era como si nos hubiésemos transportado a un salón donde estábamos solo nosotras dos.
-      ¡Maggie, déjala!-. un grito me devolvió a la realidad, comprendí que no estábamos solas, que casi treinta chicos estaban observando entretenidos.
Alguien manoteó mi brazo, tan fuerte que tuve la sensación que me dejaría marcas. Comenzó a tirar de mí, haciendo que Maggie quedara cada vez más alejada de mis golpes. Era extraño verme así, no estaba defendiendo a nadie, estaba peleando por mí y solo por mí.
Había perdido el control por completo y sabía que de no ser por esa persona que tiraba de mí, la cosa hubiese terminado fea.
Por cierto, ¿Quién me estaba arrastrando?
Deje de pensar en mí, obligándome a ver lo que sucedía alrededor.
Comprendí que todos los espectadores estaban abucheando a la persona que no me dejaba seguir con el... pequeño combate.
Maggie seguía allí, entre la multitud, intentando acomodar su cabello y detrás de ella, estaba el rostro furioso de López, a punto de reprimirla. Por suerte alguien había evitado que eso me sucediese a mí.
Volteé para ver por dónde estaba caminando y encontré a Eric apresurándome para que nos alejáramos lo más rápido posible de la escena.
Dejamos de correr una vez que estuvimos lo suficientemente lejos. Casi en el otro extremo del edificio.
Habíamos subido una escalera y media, hasta quedar en un entrepiso que se usaba para guardar pupitres extra o tablas que en un futuro no muy lejano se convertiría en pizarrones.
Ya nadie podía vernos, era muy extraño que algún profesor pasara por allí y los porteros apenas lo visitaban. Muchas veces me había escondido en ese lugar esperando el momento preciso para escabullirme de las clases sin ser vista.
Me senté en uno de los pupitres; estaba roto y dado vuelta, muy rayado y con media madera en la parte que sería la “mesa”. Se notaba que era viejo y que la pintura ya se había oxidado, sin embargo necesitaba sentarme para comprender que había sido todo eso.
Eric se quedo parado, con expresión paternal, esperando que yo le explicara lo que aun no lograba comprender.
Vestía unos jeans claros y una de sus rodillas estaba rota. Llevaba un sweater azul, muy común, con unas zapatillas de lona blancas. No parecía que se hubiese esforzado por su vestimenta, pero aun así, era uno de los chicos más lindos de toda la escuela. No entendía porque no había muchas chicas que notaran su existencia, no era tan… “codiciado” como Charlie, supuse que era por su bajo perfil. Aunque mi amigo también tenía un alma bastante tímida.
Un momento, ¿Por qué me encontraba comparándolos? Creo que no era la primera vez que lo hacía. Se suponía que tenía que estar pensando en mi pelea con Maggie, no en chicos… por mucho que me costara admitirlo, estaba pensando en ellos.
Levante la vista pero inmediatamente volví a dirigirla a mis manos. Me daba vergüenza mirar los ojos de Eric. Estaban firmemente postrados en mi, acusándome, esperando que hablara. Pero yo no quería hacerlo, estaba completamente encaprichada en callarme la boca.
La imagen era tan común, el típico estereotipo de hermano mayor acusando a su hermana pequeña de haber roto algo y ella, bueno… ella simplemente oculta la mirada avergonzada. Justo lo que yo estaba haciendo, me sentía tan inmadura.
-      De acuerdo-. Él rompió el silencio; yo seguía viendo como mis dedos se entrelazaban entre sí sobre mi regazo-. Tengo todo el tiempo del mundo pero, veras, me gustaría una explicación sobre la “escenita” que montaron ustedes dos.
Reí ante la palabra “escenita”, era extraño que alguien como Eric pronunciara una cosa así. Aun tenía los brazos cruzados sobre su pecho, pero él también esbozo una especie de “sonrisa” al verme reír. Era algo extraño.
-      Vamos April, habla-. Me apresuró, su tono de chico malo no funcionaba conmigo, aunque lo intentaba, había dejado de intimidarme mucho tiempo atrás (si es que alguna vez lo había logrado).
No quería contarle lo mucho que odiaba a Maggie o, como de repente, tenía ganas de arrancarle todo su cabello pelirrojo. Sin embargo, no podía hacerlo. Maggie y Eric eran buenos amigos, tal vez tanto como Charlie y yo; contarle a él sobre mi profundo odio, era como delatarme ante la mismísima Margaret Parker. No señor, no pensaba hacerlo.
-      De acuerdo, no quieres hablar-. Se acercó a mí y me vio a los ojos, poniéndome un poco nerviosa-. Pero agradece que llegué a verlas, de otra manera, López o Bulldog habrían destrozado tu historial estudiantil ¿comprendes?
-      Si, muchas gracias-. Sonreí y él acaricio mi mejilla-. Oye, se me ha ocurrido algo sobre Terry.
-      Hmm, de acuerdo-. Asintió y se sentó a mi lado, no muy lejos-. ¿en que te ayudo?
Entonces comencé a pensar y decidida que lo mejor era visitar el cementerio de Trinidad con Eric.
Yo no pensaba quedarme sin ir a verlo, si lo necesitaba lo haría sola, pero por ahora podía pedirle a Eric que me acompañara; ir con Charlie no estaba ni siquiera pensado, mucho menos luego de los celos de Maggie.
-      Bueno, y que estamos esperando-. Se paró y sacudió su cabello, no sabía porque lo hacía si el pelo era seguramente, lo que menos polvo tenía en un lugar como aquel.
Me tendió su mano y la tomé, no me importaba irme del instituto, últimamente era lo único que no pasaba por mi mente.
Tome mi mochila que estaba tirada en el suelo, le sacudí la tierra que había adquirido, me abotone nuevamente mi saco negro y acompañe a Eric hasta la salida, cuidando que nadie nos descubriera. Aunque, para ser sincera, apenas había gente en los corredores y los pocos seres humanos que nos vieron, eran alumnos en nuestra misma situación.


1 comentario:

  1. Dios, odio a Maggie, argggggg!!!, joooo <3, me ha encantado el capítulo ^^, es tan adslmjbdp *-*, me encanta :)
    BESOS <3

    ResponderEliminar