Hay que huir.
Subimos las escaleras sin que yo entendiera
nada, tal vez íbamos a escapar por un helicóptero en la terraza. No, demasiado
exagerado.
Eric toco la puerta de la señora Bennett.
Un momento, ¿Qué demonios hacíamos en el viejo
departamento de la señora Bennett?
Ella abrió en menos de tres segundos, como si
estuviese detrás de la puerta todo el tiempo.
-
Pasa cariño-. Dijo ella y Eric ingresó con Pam
en sus bazos-. Vamos April, no tenemos todo el día.
Entonces yo también hice lo mismo que Eric. El
arrojó nuestras mochilas en el suelo junto al sofá y dejó a Pam en él. Luego se
metió en la habitación y yo lo seguí, aunque me sentía incomoda estando allí
por primera vez en mi vida.
-
Todo es un desastre Clarise-. ¿la señora
Bennett se llamaba “Clarise”?-. Rupert me vio, me reconoció.
-
te dije que fueras más cuidadoso, que no te
aparecieras en la casa-. Dijo ella con total naturalidad, de pronto su aspecto
de ancianita indefensa había desaparecido dejando en su lugar a una mujer hecha
y derecha, ante mi total sorpresa e ignorancia sobre la conversación-. ¿ha
quien le has avisado?
-
Hicimos contacto de emergencia con André, pero
aun no hemos hablado ni nada.
-
¿sabe Margaret de esto?-. ella me miró
específicamente a mí, con una especie de sonrisa reconfortante.
Yo mire a Eric que tomaba unos bolsos negros
del ropero de la señora Bennett como si fuese su propia casa. Me quedé parada
junto a la puerta, sin entender absolutamente nada.
-
Hace veinte horas que no hablo con ella-. Me
preguntaba si estaban hablado de Maggie, ¿ella también estaba involucrada? tal
vez no era tan tonta como yo creía-. Debe estar con André, la veremos cuando
lleguemos a casa.
-
¿casa?-. pregunté yo, sabía que se estaba
refiriendo a “nosotros”.
-
Si April, “CASA”-. Me dijo él sin siquiera
dirigirme la mirada, sabía que estaba bajo presión pero no sentía merecer que
me tratara como si fuese insoportable.
Entonces dejó de guardar ropa en los bolsos, no
solo de hombre sino que también había algunas de la señora Bennett.
Salió del cuarto seguido de ella y todos
regresamos al living.
-
¿Qué es “casa”?-. le pregunte a la señora
Bennett-. ¿A dónde vamos? ¿Qué sucede? Yo no puedo irme así, sin más.
-
Un momento…-. Ella quedó pensativa-. Eric
Daniel Taylor, ¿acaso no le has dicho nada? se suponía que ese era tu parte del
trato, se ve que aun eres muy joven; André va a estar furioso.
-
Oh lo siento-. Dijo él irónico, levantando sus
manos en el aire-. parece que aun no te das cuenta que esto fue más repentino
de lo esperado, que nos llevan un paso adelantado y que apenas llegamos a
salvar a su madre.
-
Pero ella tiene que saber, sino seria un
secuestro, no podemos llevárnosla…
-
Vamos Clarise, antes te gustaba la aventura-.
Gritó Eric-. Ahora me dices que estas del lado legal…
-
¡basta!-. dije yo que apenas podía seguir
soportando gritos.
Entonces tuve que sostenerme de la pared
porque, real y literalmente, quería vomitar. Me sentía pésima.
Vi como la señora Bennett me traía un vaso de
agua mientras Eric arrojaba todo lo que era de la escuela (hojas, lapiceras,
cuadernos, todo) a un pequeño hogar encendido en la sala. Era verdad cuando
decía que no podíamos dejar evidencia, parece que alguien nos seguía los pasos.
Casi a media noche, me desperté. Me había quedado
dormida en el sofá; junto a él, el fuego estaba apagado, igual que las luces.
Con el reflejo de la luna entrando por la ventana se podía distinguir a Eric y
a la señora Bennett conversando.
El celular de él acababa de sonar, lo que
significó una especie de señal.
Eric logró despertar a Pam y, milagrosamente,
la puso de pie con un poco de ayuda para que pudiese caminar. Yo tomé todos
nuestros bolsos y las mochilas del instituto, que ya no pesaban una tonelada,
mientras seguía a la señora Bennett que nos guiaba. Al parecer, ella tenía el
transporte.
Cuando llegamos a la calle, nos guió hasta un
callejón no muy lejano. Allí, tapado con algunos contenedores de basura a los
costados y cajones de madera apilados delante y detrás, había una camioneta
blanca con bordes marrones y con muchas manchas de oxido, Chevrolet Suburban
modelo 1984.
Eric dejó a Pam en los asientos traseros, y yo
nuestros bolsos. La señora Bennett se sentó junto a ella para ayudarla a
vomitar en una bolsa todo lo que había ingerido unas horas antes, por surte
ahora había recobrado mínimamente el conocimiento.
Eric y yo nos colocamos adelante, y él comenzó
a conducir. Quien sabe rumbo a donde o con quién nos encontraríamos. Dudo que
hubiese aceptado todo eso si no hubiese sido Eric quien me acompañaba. Pero,
aunque sonara extraño, confiaba plenamente en él… o eso intentaba.
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