Sinopsis

April Austin no lo ha tenido facil.
Su padre se fue, su madre es alcoholica y vive en un barrio con poco futuro. Sin embargo tiene a Charlie Power, su mejor amigos desde siempre, quien la apoya incondicionalmente.
Pero desde que él sale con Maggie Parker, April se ve en necesitad de un nuevo hombro donde poder descansar.
Entonces aparece Eric Taylor, el guapo y misterioso chico del salon de castigos.
Secretos de la desaparicion de su padre y lecciones de amor irán apareciendo en esta historia.
¿Podrá April vencer los temores de su pasado? ¿Podrá descubrir que sucedio la noche de su quinto cumpleaños? ¿Podrá creer nuevamente en el amor?


martes, 25 de septiembre de 2012

Capitulo 22



Hay que huir.
Subimos las escaleras sin que yo entendiera nada, tal vez íbamos a escapar por un helicóptero en la terraza. No, demasiado exagerado.
Eric toco la puerta de la señora Bennett.
Un momento, ¿Qué demonios hacíamos en el viejo departamento de la señora Bennett?
Ella abrió en menos de tres segundos, como si estuviese detrás de la puerta todo el tiempo.
-      Pasa cariño-. Dijo ella y Eric ingresó con Pam en sus bazos-. Vamos April, no tenemos todo el día.
Entonces yo también hice lo mismo que Eric. El arrojó nuestras mochilas en el suelo junto al sofá y dejó a Pam en él. Luego se metió en la habitación y yo lo seguí, aunque me sentía incomoda estando allí por primera vez en mi vida.
-      Todo es un desastre Clarise-. ¿la señora Bennett se llamaba “Clarise”?-. Rupert me vio, me reconoció.
-      te dije que fueras más cuidadoso, que no te aparecieras en la casa-. Dijo ella con total naturalidad, de pronto su aspecto de ancianita indefensa había desaparecido dejando en su lugar a una mujer hecha y derecha, ante mi total sorpresa e ignorancia sobre la conversación-. ¿ha quien le has avisado?
-      Hicimos contacto de emergencia con André, pero aun no hemos hablado ni nada.
-      ¿sabe Margaret de esto?-. ella me miró específicamente a mí, con una especie de sonrisa reconfortante.
Yo mire a Eric que tomaba unos bolsos negros del ropero de la señora Bennett como si fuese su propia casa. Me quedé parada junto a la puerta, sin entender absolutamente nada.
-      Hace veinte horas que no hablo con ella-. Me preguntaba si estaban hablado de Maggie, ¿ella también estaba involucrada? tal vez no era tan tonta como yo creía-. Debe estar con André, la veremos cuando lleguemos a casa.
-      ¿casa?-. pregunté yo, sabía que se estaba refiriendo a “nosotros”.
-      Si April, “CASA”-. Me dijo él sin siquiera dirigirme la mirada, sabía que estaba bajo presión pero no sentía merecer que me tratara como si fuese insoportable.
Entonces dejó de guardar ropa en los bolsos, no solo de hombre sino que también había algunas de la señora Bennett.
Salió del cuarto seguido de ella y todos regresamos al living.
-      ¿Qué es “casa”?-. le pregunte a la señora Bennett-. ¿A dónde vamos? ¿Qué sucede? Yo no puedo irme así, sin más.
-      Un momento…-. Ella quedó pensativa-. Eric Daniel Taylor, ¿acaso no le has dicho nada? se suponía que ese era tu parte del trato, se ve que aun eres muy joven; André va a estar furioso.
-      Oh lo siento-. Dijo él irónico, levantando sus manos en el aire-. parece que aun no te das cuenta que esto fue más repentino de lo esperado, que nos llevan un paso adelantado y que apenas llegamos a salvar a su madre.
-      Pero ella tiene que saber, sino seria un secuestro, no podemos llevárnosla…
-      Vamos Clarise, antes te gustaba la aventura-. Gritó Eric-. Ahora me dices que estas del lado legal…
-      ¡basta!-. dije yo que apenas podía seguir soportando gritos.
Entonces tuve que sostenerme de la pared porque, real y literalmente, quería vomitar. Me sentía pésima.
Vi como la señora Bennett me traía un vaso de agua mientras Eric arrojaba todo lo que era de la escuela (hojas, lapiceras, cuadernos, todo) a un pequeño hogar encendido en la sala. Era verdad cuando decía que no podíamos dejar evidencia, parece que alguien nos seguía los pasos.
Casi a media noche, me desperté. Me había quedado dormida en el sofá; junto a él, el fuego estaba apagado, igual que las luces. Con el reflejo de la luna entrando por la ventana se podía distinguir a Eric y a la señora Bennett conversando.
El celular de él acababa de sonar, lo que significó una especie de señal.
Eric logró despertar a Pam y, milagrosamente, la puso de pie con un poco de ayuda para que pudiese caminar. Yo tomé todos nuestros bolsos y las mochilas del instituto, que ya no pesaban una tonelada, mientras seguía a la señora Bennett que nos guiaba. Al parecer, ella tenía el transporte.
Cuando llegamos a la calle, nos guió hasta un callejón no muy lejano. Allí, tapado con algunos contenedores de basura a los costados y cajones de madera apilados delante y detrás, había una camioneta blanca con bordes marrones y con muchas manchas de oxido, Chevrolet Suburban modelo 1984.
Eric dejó a Pam en los asientos traseros, y yo nuestros bolsos. La señora Bennett se sentó junto a ella para ayudarla a vomitar en una bolsa todo lo que había ingerido unas horas antes, por surte ahora había recobrado mínimamente el conocimiento.
Eric y yo nos colocamos adelante, y él comenzó a conducir. Quien sabe rumbo a donde o con quién nos encontraríamos. Dudo que hubiese aceptado todo eso si no hubiese sido Eric quien me acompañaba. Pero, aunque sonara extraño, confiaba plenamente en él… o eso intentaba.


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