Otra vez no.
Alcancé a Charlie saliendo del instituto cuando
regresamos a la hora del castigo. Honestamente, sabía que no le gustaba lo que
había hecho o, mejor dicho, que me haya contado con Eric para hacerlo y no con
él.
Pero, ¿Qué podía hacer yo? No confiaba en
Maggie y ella estaba con Charlie todo el tiempo, ¿Cómo se suponía que lograría
contarle el “plan” si no se separaban?
Antipáticamente y de muy mala gana, aceptó
llevarme a casa. Necesitaba llegar temprano, quería buscar algo que me guiara
hacia Terry; estaba muy apurada, casi desesperada.
-
No comprendo por qué no quisiste decirme-.
Reprochó él en medio del camino-. Quiero decir, April…
-
No es tan importante Charlie-. No dejé que
terminara, realmente no quería seguir hablando del tema y de la desagradable
sensación que me producía ver a Maggie-. Simplemente sucedió y ya.
-
Te molesta que salga con Maggie-. Afirmo y yo
me hundí de vergüenza en mi asiento; sonaba muy tonto fuera de mi cabeza-. Lo
entiendo.
-
¡claro que no!-. me defendí, ¿acaso estaba
sintiendo celos? Jamás, yo no sentía celos… nunca.
-
Vamos, claro que te molesta-. ¿Qué estaba
insinuando?-. pero no entiendo que es lo que no te agrada de ella.
-
No es importante-. Habíamos llegado a casa, abrí
la puerta de la camioneta y me quedé mirándolo de frente-. Gracias, adiós.
Cerré la puerta de un golpe y me dirigí a la
puerta del edificio. Era extraño no haber hablado con Charlie sobre los dibujos
animados que veríamos en la noche o no haber hecho alguna broma sobre nuestras
vidas en el futuro, cuando ambos estuviéramos lejos de la miseria de Hamilton
Heights (aunque en el fondo amábamos ese lugar).
Ahora estaba yendo a mi departamento, subiendo
las escaleras y no me sentía bien. No me agradaba que nuestras charlas quedaran
así de… frías.
Llegué hasta el cuarto piso deprimida. Lo único
que me apetecía hacer era ir a la piscina y nadar hasta que todo pasara.
Pero, al buscar mi llave en el bolso e intentar
ponerla en la cerradura, descubrí que la puerta estaba forzada.
Rápidamente reaccioné y entre en el
departamento para saber que estaba sucediendo.
Los muebles estaban dados vuelta, todo estaba
fuera de lugar y algunos de los adornos que Julianna dejaba en un estante de
madera, estaban tirados en el suelo.
En medio del living-comedor estaba tirada Pam,
con tres botellas de… algo que parecía vino, rodeándola.
No parecía estar muerta, más bien, durmiendo. Tiré mi mochila en el costado de la puerta y
me abalancé junto a ella para despertarla. Como pude logré que quedara sentada,
pero aunque yo la sacudía levemente, no reaccionaba.
No había señales de Julianna por ningún lado,
por lo tanto supuse que Pam se había colado en nuestro departamento.
-
Vamos, vamos- repetí en voz casi audible-. Pam,
despierta.
-
Debes mojarla-. Dijo una voz a mis espaldas,
desde la entrada-. Sino no te prestara atención jamás.
Giré y encontré a la señora Bennett parada en
el marco de la puerta abierta.
-
Lo siento, pasaba por aquí y…-. dijo,
explicando todo con las manos-. Déjame ayudarte.
Se acercó a mí sin que pudiese resistirme, de
cualquier manera necesitaba esa ayuda. Entre las dos, realizamos un poco de
esfuerzo y la sentamos en el piso, apoyando su espalda contra la pared.
-
Gracias-. Le dije cuando terminamos.
-
Si… bueno, aun no despierta-. Hizo una media
sonrisa-. Espérame aquí.
Asentí, no tenía otro lugar a donde ir. Oí que
la señora Bennett decía un suave “permiso” mientras entraba en la cocina. Ella
estaba muchísimo más consciente de lo que hacía, cualquier ayuda me servía con
tal de despertar a mi madre.
-
¿April?-. levante la vista y vi a Charlie
completamente sorprendido en medio del marco de la puerta ¿acaso nadie pensaba
cerrarla?-. ¿Qué demonios sucedió aquí?
-
Humm, bueno…-. Dudé, mirando a mí alrededor
para saber si algo me daba una pista-. No tengo idea.
-
¿está inconsciente?-. se acerco a mí y le tomo
el pulso-. Vamos, subámosla al sofá.
Eso hicimos. En ese momento agradecí un montón
que Charlie apareciera justo a tiempo, como siempre.
Pam comenzó a moverse en el preciso instante
que su cabeza se apoyo en el almohadón del sillón del departamento. Entonces yo
comencé a hacerle un poco de aire con la mano y Charlie se encargo de subirle
los pies un poco más alto con otros almohadones.
-
Aquí está el agua-. Dijo la señora Bennett
regresando de la cocina-. Oh, hola cielo.
-
¿Qué tal?-. saludo Charlie, yo reí ante el
apodo que ella le había puesto… “cielo”, jamás le hubiese hablado así a alguien
con la apariencia de Charlie: alto, fuerte, serio e implacable. Sin duda no
parecía el “niño dulce” que en realidad era.
-
Bueno, veo que logró despertar, si no lo hacía
hubiésemos tenido un serio problema-. La señora Bennett soltó una risa que no
tendría que haber dejado salir en un momento como ese, tenía un sentido del
humor algo extraño-. En fin, debo irme; tengo que regar las plantas de mi balcón,
no quiero que se deshidraten.
-
Muchas gracias de nuevo señora Bennett-. La
acompañé hasta la puerta y ella se despidió de Charlie desde allí-. La llamare
si algo sucede, ¿de acuerdo?
-
Por supuesto cielo, cuando quieras; no tengo
muchas cosas que hacer en ese viejo departamento.
Saludo una vez mas y cerré la puerta tras ella.
Luego regresé con Charlie y entre los dos intentamos animar a Pam.
Cuando lo hizo, la obligamos a beber el vaso de
agua que la señora Bennett nos había preparado y luego abrí una ventana para
que el aire entrara y le tendí unas sabanas a Charlie para que las acomodara en
el sofá y cubriera a Pam.
No tardo mucho en quedarse dormida. Su aspecto
era horrendo. Tenía muchísimo olor a alcohol, los labios resecos, estaba
pálida, sus ojos hinchados y rojos, parecía que había llorado; además, una
aureola oscura los rodeaba, algo muchísimo más notorio que unas simples ojeras.
En menos de media hora logramos que quedara
nuevamente dormida. Esta vez no corría riesgo de caer en coma vegetativo, al
menos había hablado algo antes de cerrar los ojos.
-
Deberíamos llevarla a emergencias-. Dijo
Charlie levantándose del suelo y sacudiendo sus rodillas que tenían un poco de
polvo.
-
No es necesario, ella está bien-. Comenté, lo
que menos quería hacer era encargarme de la enfermedad o trastorno de Pam-.
Solo tengo que limpiar todo antes que llegue Julianna.
-
Deja que te ayude-. Él también se puso a juntar
las botellas y pedazos de vidrio del suelo.
-
Está bien, puedo sola-. ¿acaso había olvidado
la charla en su camioneta?-. no tienes que hacerlo si no quieres.
-
Bueno, yo si quiero ayudarte-. Ambos estábamos
agachados en el piso, juntando las botellas, él levanto la vista y me obligo a
verlo a los ojos-. Eres más que mi mejor amiga April, no voy a dejarte sola ¿comprendes?
-
¿Por qué viniste? Creí que ya te habías
marchado en la camioneta.
-
Iba a hacerlo, pero luego me sentí culpable entonces
estacione y vine a pedirte perdón-. Esto lo dijo con la mirada fija en el suelo,
se estaba tragando su orgullo porque sabía que yo no pensaba hacerlo-. Tendría
que haberte apoyado un poco mas con el asunto de Terry y, bueno, quiero que
sepas que estaré aquí si me necesitas… sin Maggie o mis padres, solo yo.
Sonreí y supe que era cierto, como todos los
años en los que habíamos pasado por cosas feas. En el pasado había quedado
nuestra pelea, ahora estábamos disfrutando de una linda tregua, por llamarlo de
alguna manera.
Cuando tiramos todos los vidrios y el suelo
quedo despejado, fregamos todo para que desapareciera el pegote del alcohol
derramado por Pam. También tiramos los trozos de los adornos que se habían roto
y ordenamos la cocina.
Si Julianna descubría lo que había sucedido, se
armaría un completo escándalo, teníamos que lograr que aquel drama pasara por
una simple escena, como las que Pam hacia siempre.
-
¿quieres café?-. pregunto entrando a la
cocina-. Hace un poco de frio.
-
De acuerdo, ¿necesitas ayuda?-. negó con la
cabeza mientras yo cerraba la ventana, ya había desaparecido el aroma a alcohol
y comenzaba a ponerse fresco.
Charlie apareció en el comedor con dos tazas humeantes
y tentadoras, nadie preparaba un café tan delicioso como el suyo. Incluso era más
rico que el de un Starbucks. Nos sentamos en la pequeña mesa de madera mientras
en la televisión de fondo sonaba un canal de música. En ese momento estaban
pasando un poco de hip-hop, no era nuestra preferida pero al menos alegraba ese
ambiente tan… aburrido.
-
¿te encuentras bien?-. me preguntó, tomando mi
mano entre las suyas-. Estas helada.
-
No es nada, últimamente tengo mucho frio-. Mentí,
yo no sentía el frio pero si sentía que todo mi cuerpo estaba en una baja
temperatura.
-
No quieras mentirme, sabes que no lo lograras-.
Sonreí, tenía razón, nunca lograba engañarlo-. Bueno, cuéntame ¿Qué has
averiguado sobre Terry?
-
No mucho, nada en realidad-. Suspiré, apenas había
empezado con la búsqueda y a sentía que no había un camino posible-. De hecho,
su nombre no aparece en ninguna lista de Manhattan; ni siquiera en alguna de “difuntos”.
-
¿no has pensado que tal vez… falleció hace
algunos años?-. lo miré extrañada, no sabía a donde quería llegar-. Quiero
decir que, las listas de difuntos solo se mantienen un tempo, no mucho. En
Hamilton Heights somos muchas personas, es imposible que marquen vivos y
muertos porque cambia todos los días, por eso se renuevan las listas cada un
periodo determinado de tiempo.
-
Tienes razón-. Dije pensativa, comenzaba a
entender a donde quería llegar-. No lo había pensado.
-
Una vez que los papeles de defunción o alguna
herencia es cobrada, cuando ya no es necesario absolutamente nada con el
¿Muerto? Lo siento, es que no sé cómo llamarlo-. Ambos reímos, era extraño
hablar de estas cosas-. En fin, cuando todo está resuelto, el nombre pasa a una
lista más... general, pero en las distintas oficinas esparcidas por toda la
ciudad, no queda ni un solo rastro del difunto.
-
Si, comprendo-. No había pensado en esa
posibilidad, Charlie podía tener mucha razón, tal vez Terry había muerto hacia
bastante tiempo-. ¿y si está en algún cementerio? Alguien debe de haberlo enterrado,
digo, no puede estar solo en el mundo ¿o sí?
-
No lo sé April, ¿Cuántos cementerios hay en
toda Nueva York?
-
No tengo idea, pero sé que él era un amante de
esta ciudad y sobre todo de Hamilton Heights, siempre decía que adoraba este
barrio, créeme que es uno de los pocos recuerdos que tengo sobre él.
-
Si, puede que tengas razón-. Tomo un sorbo de
su café, yo ya había terminado el mío, por alguna razón nunca le ponía azúcar a
mi taza y eso hacía que me gustara aun más-. Entonces, ¿no te parece dar una
vuelta por Trinidad?
-
Sabes que no me gustan esos lugares-. Él
suspiro, tenía razón, si queríamos investigar íbamos a tener que visitar el
cementerio de la iglesia Trinidad, era el único en Hamilton Heights-. De
acuerdo, iremos mañana luego del instituto.
Charlie sonrió, satisfecho por su victoria.
Había logrado convencerme, ni más ni menos.
Pasamos unas horas conversando, pero evitábamos
plantar el tema de Maggie o Eric, tampoco nos apetecía hablar del instituto o
de nuestra futura visita al cementerio. En lugar de amargarnos lo que nos
quedaba de la tarde juntos, ambos nos pusimos de acuerdo en hablar de cosas
poco interesantes. Nos comportamos como completos tarados, haciendo bromas de
absolutamente todo lo que se nos venía a la mente. Era divertido tener alguien
con quien reír, Charlie era mi soporte en todo y yo muchas veces era el suyo.
Supongo que eso era lo que complementaba nuestra amistad, haciéndonos casi
inseparables… a pesar de los últimos días.
-
Bueno, creo que debo irme-. Lo acompañé hasta
la puerta-. Es tarde y debo terminar algunas cosas en el taller de mi tío.
Lo saludé y cerré la puerta cuando se fue. Era extraño todo lo que
pasaba, como de pronto, ya no frecuentaba muy a menudo las noches de
caricaturas en su casa o como había decidido investigar algo tan importante con
alguien que no era Charlie. Ambos éramos consientes que alguna vez tendría que
pasar, no vivíamos en una nube de cuento de hadas, pero aun así, nos sorprendía
ver que de a poco nuestros rumbos comenzaban a separarse. Aun no había cambiado
nada de una forma drástica, pero en el fondo, cada uno sabia que este era el
comienzo. Así era como las cosas empezaban a cambiar, tal vez de a poco, pero
tarde o temprano todo terminaría siendo completamente distinto.
Jooooo, no quiero que se separen, me daría mucha penita :'(
ResponderEliminarMe encanta el blog *-*
Besos<3